¿Y pasaste por todos los remedios habidos y por haber y nada “natural” te alivia? Ha llegado el momento de consumir un buen jarabe para la tos. Conoce qué hace esta medicina a tu organismo. Antes de ir a la farmacia identifica el tipo de molestia que te aqueja. Recuerda que la tos es un mecanismo de defensa del cuerpo y que debes aliviarla, pero también dejarla fluir. Si además de tos tienes mucosidad y flemas, te atacó la tos húmeda y hay que consumir un expectorante que diluya esas secreciones y descongestione las vías respiratorias. Su contraparte, la seca, es producida por factores externos como el polvo, alergias y tabaquismo, entre otros.
Una vez ubicada la molestia, el jarabe que adquirirás podrá ser antítusivo para tos seca o expectorante para tos húmeda. Lee el instructivo y evita tomarte el jarabe a deshoras, no debes consumir bebidas alcohólicas, no ingerir alimentos fríos, ni exponerte a cambios bruscos de temperatura.
Ya con el jarabe en mano, sirve la cantidad indicada en la cuchara. Si sabe horrible, se vale que des un traguito de agua. Una vez que hayas tragado el jarabe, éste pasará por la faringe, canal que conecta con la boca, por el esófago y llegará al estomago.
El jarabe antítusivo inhibirá los mecanismos responsables de la producción de tos actuando sobre el sistema nervioso central, es decir, servirá como anestésico sobre las terminaciones nerviosas de los bronquios, justo donde inicia el reflujo de la tos. Los más usados son la codeína y el dextrometrofano.
El expectorante fluidificará las flemas (las hará líquidas) y te ayudará a eliminarlas. No te las debes tragar o sorber cuando aparece como mocos. Uno de los más usados es la bromhexina.
El recorrido del jarabe para la tos en tu cuerpo será similar al de los líquidos; lo que no se utilice se desechará en la orina. Y recuerda que si las molestias persisten por más de una semana, tienes que acudir de inmediato al médico.
[Foto: Bah Hambug, (CC)]
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