Evita la intoxicación por alimentos

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Comer es uno de los máximos placeres de la vida. Sin embargo, cuando no observamos ciertas reglas podemos convertir este deleite en un suplicio al contraer alguna infección estomacal. Siempre he sido cuidadoso con la preparación de mis alimentos, pero permíteme contarte que me sucedió una ocasión.

Cierto día tuve que trabajar desde las desde las 7 de la mañana a las 11 de la noche, durante el día sólo engañaba al estómago con los productos de una máquina expendedora de golosinas y café. Ansiaba una comida preparada pero no podía salir de la oficina para comer decentemente. Además de que tenía que salir de la ciudad esa misma noche en autobús y el viaje sería de cuatro horas. Así que cuando por fin compre el boleto de salida en la central de camiones sólo disponía de 20 minutos para encontrar comida y tenía que ser cerca a la estación.

A media noche sólo los tacos de la calle estaban disponibles, y contra de mis propias reglas comí en uno de esos puestos callejeros. Al terminar la cena, y no habiendo aun cruzado la calle para regresar a la estación, mi estómago comenzó a rugir; las bacterias estaban trabajando de inmediato.

Pasé las siguientes cuatro horas de viaje en un constante ir y venir a la parte de atrás del autobús, de hecho pasé más tiempo en el sanitario que en mi asiento.

Para que no te suceda lo mismo, sigue las reglas de oro que te protegerán de todo mal transmisible por la comida.

Compra sólo en comercios que ofrezcan garantías de limpieza. (¡Ja! Como si nadie se sacara los mocos)

Cuando compres alimentos enlatados verifica siempre la fecha de caducidad, y revisa que la lata no esté "inflada o golpeada (Aunque por ello la vendan con descuento)

Lávate las manos a menudo. Aunque no se note, en las manos descansan miles de bacterias que se pueden eliminar con agua y jabón. También puedes comprar un gel a base de alcohol para las ocasiones en que no dispones de un lavamanos, no es perfecto, pero es mejor que nada.

Desinfecta frutas y verduras; tállalas bien con un cepillo y déjalas reposar en agua desinfectante (sigue las instrucciones de la etiqueta), y después enjuágalas perfectamente. También es útil dejarlas remojar en un balde con agua y sal, agregándole una gota de cloro.

Evita comer alimentos crudos o mezclar éstos con los ya cocinados; los primeros pueden contaminar a los segundos. Por cierto que esto es muy común en la época de calor.

Aprovecha "las sobras" de comida para preparar empanadas o nuevos guisos. ¡No las guardes mucho tiempo, aunque sea en el refrigerador! Al mismo tiempo de que esto ahorra algo de dinero.

Aprende el arte de la congelación. Así sabrás cómo conservar correctamente cada tipo de alimento. Guarda a una temperatura de 10°C toda aquella comida que vayas a servir cuatro o cinco horas después de su elaboración, y si la guardas que sea por un máximo de cinco días. (Esto merece un artículo aparte, ya que la congelación es un proceso digno de dominar)

Etiqueta todo alimento que guardes en el refrigerador con su fecha de adquisición o de preparación correspondiente, así te evitarás comer el estofado un mes después o el queso que compraste seis semanas antes.

Lo mejor para descongelar la carne es el microondas. Si la dejas a la intemperie, cubre con una servilleta limpia el recipiente para evitar que algún bicho se pose en ella y la contamine. Una vez descongelada, úsala de inmediato.

Si tienes mascotas, evita que la comida tenga contacto con animales; para lograrlo guarda los alimentos en recipientes herméticos (prefiere los de vidrio a los de plástico).

Te aseguro que desde entonces no he vuelto a comer en la calle y siempre reviso lo que compro, ya que aquella cena me convirtió en un paranoico de la limpieza.

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