¿Puede afectar tu salud excitarte sexualmente y no llegar a eyacular?

Casi cualquier fenómeno relacionado con la sexualidad puede juzgarse sólo de acuerdo con su contexto, y esta pregunta lo ejemplifica muy bien. Si te excitas sexualmente y no llegas a eyacular por temor a embarazar a tu pareja, se trata de una práctica nociva, pues te impide culminar con un ciclo y disfrutar plenamente del encuentro. Además, no anula el riesgo de embarazo, que puede presentarse a través del líquido preeyaculatorio.

Esta situación no causa daños físicos, pero puede crearte problemas psicológicos. En un contexto distinto, podemos pensar en las personas que padecen el problema de la eyaculación precoz. El tratamiento de esta disfunción consiste, precisamente, en ejercicios que combinan patrones de excitación y de contención, casi siempre contrarreloj. En estas situaciones el expulsar el semen es un factor clave.

En un tercer caso, quizá sólo quieres experimentar con tu cuerpo; el deseo sexual parece guardar un secreto: entre más tiempo se posterga su plena satisfacción se vuelve mayor, y más interesante. En ese caso no eyacular tendría un propósito especial, tal vez válido.

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