¿Cómo se descubrió el Alzheimer?

Amanda Fairhurst era una anciana sociable y activa de 74 años. Iba regularmente a misa y tenía muchos amigos. De pronto cambió: abandonó la iglesia y se volvió incluso grosera con el sacerdote. Se olvido de pagar los servicios públicos, por lo que repetidas veces le interrumpieron el suministro de gas y electricidad. Ya no reconocía a sus seres queridos, y se confundida al efectuar las tareas domésticas más sencillas. Sus parientes consultaron a un médico, quien diagnosticó la enfermedad de Alzheimer. La hospitalizaron y murió pocos años después.

Cables cruzados

Alois Alzheimer, neurólogo alemán, identificó por primera vez la enfermedad en 1907, luego de que una paciente de 55 años murió por una inquietante combinación depresión, alucinaciones y amnesia. La autopsia reveló quejas neuronas de la corteza cerebral estaban del todo enredadas, como cables telefónicos derribados por una tormenta. El descubrimiento de Alzheimer condujo ala conclusión de que hay básicamente dos tipos principales de demencia: la pérdida de las facultades mentales y la del equilibrio emocional. Una se debe a apoplejía u otros problemas circulatorios, mientras que la otra se caracteriza por el enmarañamiento y la degeneración de las neuronas cerebrales, propios de la enfermedad de Alzheimer. Muchos tipos de demencia afligen a personas de más de 65 años, al tiempo que la enfermedad de Alzheimer ataca a las de entre 40 y 60 años.

En la década de 1980, esta enfermedad fue la causa principal de ingreso en asilos de EUA, y ocupó el quinto lugar como causa de muertes (unas 100,000 al año), al manifestarse mediante desnutrición, accidentes y ataques cerebrales. Se calcula que en dicha nación la padecen dos millones de personas mayores de 65 años y casi 60,000 de entre 40 y 60 años. En el Reino Unido hay 500,000 enfermos de este mal, que causa la muerte al 20% de los mayores de 80 años.

En busca de una curación

No se sabe aún qué la provoca ni se tiene tratamiento curativo. Ciertos investigadores creen que el aluminio del agua y de los utensilios de cocina se acumula en el cerebro y bloquea las sustancias que transmiten los impulsos nerviosos cerebrales. Otros la consideran una enfermedad hereditaria.

Sin embargo, los expertos han encontrado que en pacientes de la enfermedad de Alzheimer hay déficit de una o más de las sustancias transmisoras de impulsos cerebrales, y experimentan con medicamentos que puedan corregir estas anomalías.

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