La obsesión de sentirse feo

A Los 20 AÑOS Sarah, aunque era tímida, llevaba una vida normal, pero un año después, al naufragar su matrimonio, ella se convenció de que era horrible. "A veces no me levantaba en todo el día para no mirarme al espejo", cuenta. "Si salía, me cubría la cara con una mano, y si me miraba en un espejo, me ponía a llorar y volvía corriendo a casa".

Tras gastar 45,000 dólares en operaciones estéticas en el lapso de tres años, vio un programa de televisión sobre el trastorno dismórfico corporal (TDC) y reconoció sus síntomas. Consultó al doctor David Veale, el mayor experto en TDC de Inglaterra, y pasó dos meses hospitalizada y dos meses en terapia diaria. Hoy sigue combatiendo su mal.

El TDC se caracteriza por una percepción distorsionada del propio cuerpo: quienes lo padecen se obsesionan con defectos físicos leves o imaginarios. "Como aún es difícil diagnosticarlo, conlleva una alta incidencia de suicidios", explica Veale.

El TDC afecta a una de cada 100 personas y, según algunos expertos, el número va en rápido aumento por culpa del creciente énfasis en la perfección física que vemos en la sociedad y los medios de comunicación. Suele empezar en la adolescencia, a veces propiciado por el estrés, las burlas, el abuso sexual o el consumo de éxtasis.

Afecta por igual a hombres y mujeres, sobre todo a quienes son sensibles y perfeccionistas o desempeñan una actividad artística. Puede ser una sensación general de fealdad o centrarse en una parte del cuerpo, casi siempre el rostro. Los afectados son capaces de todo por ocultar su "defecto", y pueden adoptar rituales obsesivos como mirarse al espejo, arreglarse el pelo o medir la parte del cuerpo que detestan. Pueden volverse adictos a la cirugía estética o al levantamiento de pesas.

Con el tiempo, el TDC altera la química cerebral, sobre todo la concentración de serotonina, el neurotransmisor que rige la felicidad y la satisfacción. El tratamiento más eficaz parece ser una combinación de terapia cognoscitiva y el uso de un inhibidor selectivo de la reabsorción de serotonina, como el Prozac.