Los cuerpos demasiado voluptuosos en los que se marcan las venas y que se lucen acompañados de una pequeña tanga como en el caso de los fisicoculturistas, no son el concepto de un buen físico para muchas personas, y esto comúnmente se traduce en la excusa de no pisar un gimnasio para realizar una rutina de pesas. Sin embargo, las visitas frecuentes al gimnasio no significa que automáticamente termines hecho un forzudo hombre lleno de aceite mirándose continuamente al espejo. Para los principiantes, parece ser que los fisicoculturistas son hombres con predisposición a tener grandes músculos, pero esos resultados van mucho más allá de una rutina normal. En nuestra vida diaria, no hay forma de encontrar el tiempo suficiente para cumplir una rutina como la de los fisicoculturistas profesionales. Para lograrlo, tendrías que acudir al gimnasio dos veces al día, trabajando diferentes grupos musculares en cada sesión.
Todo ese entrenamiento además tiene que ir acompañado por una dieta que sólo puede ser descrita como muy abundante. En el mundo del fisicoculturismo es muy común activar tu reloj despertador a tempranas horas de la madrugada para comer un gran filete con papas y volver a dormir. En cambio, mientras balancees tu entrenamiento anaeróbico con el aeróbico y tu dieta, podrás tener el volumen y tono muscular que desees, estando fuerte y marcado, y no necesariamente excesivamente voluminoso.
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