En el caso del embarazo no podemos hablar de un retraso, sino del cese de la menstruación, ya que tu útero se encuentra muy ocupado y el endometrio no se separa de sus paredes. Las irregularidades menstruales pueden obedecer a muchos factores, y no siempre se caracterizan por el retraso, sino también por el adelanto. Los periodos menstruales comienzan en la pubertad, la duración normal del ciclo es de 28 días, pero es normal que la menstruación se presente cada 24 o cada 35. El sangrado dura entre dos y siete días o, en promedio, cinco días. Las variaciones en ese patrón responden a cambios hormonales temporales. Son factores comunes para que el ciclo se retrase (y a veces también para que se adelante), el estrés, la depresión y el exceso de ejercicio. Algunos retrasos se explican por una fuerte pérdida de peso, como la que ocurre en las personas que padecen anorexia, uno de los trastornos alimentarios más riesgosos. Si el retraso es muy significativo es necesario acudir al médico para descartar cualquier problema serio. Éste suele realizar exploraciones físicas del sistema reproductor, así como pruebas de laboratorio para medir los niveles de hormonas en la sangre. El ciclo puede irse regulando con determinados medicamentos, o con el tratamiento específico del problema que lo ocasionó.
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