Escuchar música mientras se hace ejercicio en el gimnasio no indica incapacidad de atención ni que se tenga la cabeza hueca, sino todo lo contrario: puede agudizar las facultades mentales.
Desde hace mucho se sabe que el ejercicio reanima, y hay pruebas de que mejora la función mental en enfermos coronarios.
Como también se cree que la música estimula la inteligencia, unos investigadores de la Universidad Estatal de Ohio decidieron combinarlos. Reunieron a 33 cardiacos, hombres y mujeres, y midieron su fluidez verbal y su estado de ánimo antes y después de ejercitarse mientras la mitad escuchaban Las cuatro estaciones de Vivaldi, y la otra mitad, nada.
Todos se sintieron de mejor ánimo después del ejercicio, sin que la música influyera en ello, y todos mostraron mejoría en sus facultades mentales, pero los que habían escuchado música mostraron el doble de mejoría que los demás.
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