¿Por qué nos duele la cabeza?

Dolor de cabeza

No faltará quien nos diga No te preocupes; todo es psicológico. Pero no por eso desaparecerá el dolor. En cualquier caso será bueno tanto descubrir la causa como encontrar la forma de combatir las molestas consecuencias. Por lo pronto, no siempre un dolor de cabeza es sólo eso; puede Suceder que aparezca como el leve síntoma de algo mucho más grave.

Gran parte de los frecuentemente afectados por estos dolores son, al mismo tiempo, personas de carácter ansioso o depresivo. Y esto es grave porque su mismo carácter los lleva a adoptar actitudes negativas ante su benigna aunque persistente y molesta enfermedad. Resultado: la sufren como una cruz más que deben soportar, sin preocuparse por erradicar al mismo tiempo la causa y el síntoma, mejorando radicalmente su vida.

La cefalea propiamente dicha, cuando es recurrente, resulta ser casi siempre el producto de tensiones o cansancios; por lo general, quien la sufre lo sabe muy bien. Lo importante es decidirse a modificar la vida para cortar el círculo vicioso que genera el mal.

Para ello conviene comenzar por saber que las cefaleas tensionales son mucho más frecuentes; son, también, los dolores de cabeza que mejor responden a las aspirinas y otros analgésicos comunes. No hay inconveniente en tomar esas benignas drogas de vez en cuando; lo malo es cuando se llega a una verdadera adicción, ya que la aspirina -cuando se abusa de ella- puede acarrear graves consecuencias, pues en dosis exageradas puede convertirse en un riesgoso anticoagulante.

Por eso, la mejor manera de combatir los malestares originados en la tensión emocional es atacar directamente sus causas, lo cuales mucho más fácil de decir que de hacer. En definitiva: hay que llegar a tomarse la vida de otro modo. Algunos podrán aprender de sus errores; otros, en cambio, necesitan la ayuda psicológica de un profesional.

Antes, sin embargo, es oportuno consultar con un médico clínico para descartar cualquier otro origen del dolor. Nunca está de más una visita al oculista: las dificultades en la visión pueden ser causa común de estas molestias. El médico clínico, además, podría hablar de la posibilidad de una sinusitis, enfermedad específica que también produce terribles dolores de cabeza.

Son igualmente comunes las cefaleas, se sabe, originadas por el demasiado consumo de tabaco o de alcohol; estos dolores responden bien a los analgésicos más frecuentes aunque, si se insiste en los excesos -particularmente de alcohol y comidas pesadas- las aspirinas pueden no ser suficientes. Se impondrá, entonces, al menos un par de días de dieta desintoxicante.

Además del tabaco, el alcohol y los excesos en las comidas, los humos y olores fuertes en ambientes cerrados pueden actuar como factores desencadenantes. Esto no siempre es tan fácil de resolver, sobre todo cuando la actividad profesional obliga a permanecer largas horas en esos ambientes. Hay casos en que resulta necesario, incluso, cambiar de actividad.

Pero hay otros dolores de cabeza que pueden ser incluso más molestos. Ya no son las vulgares cefaleas; se trata, ahora, de la jaqueca o migraña, que si bien a  veces puede confundirse con las primeras, no es lo mismo. Además de ser por lo general más intensa, la jaqueca llega casi siempre acompañada de náuseas y hasta vómitos; ataca con más frecuencia, además, a las mujeres. Pero tiene la ventaja de que por lo general se alivia con el paso de los años; si bien puede aparecer en la infancia, es grave sobre todo durante la adolescencia y los primeros años de la juventud. Clásicamente, la migraña o jaqueca comienza con varios síntomas extraños: sed, mareos, confusa sensación de que algo raro va a ocurrir. Resulta muy difícil de describir, por cierto; pero es inconfundible para quien la haya experimentado alguna vez. Por lo general, después de esos vagos anuncios aparecen centelleos, estrellitas o alguna otra dificultad en la visión. La luz, unida al intenso dolor de cabeza, llega a ser insoportable. Se recomienda, por eso, recluirse en una sedante penumbra.

Aunque no suelen ser muy prolongadas -difícilmente duren más de un par de días-, las migrañas están entre las peores torturas naturales que se pueden experimentar. Tal vez por eso, específicamente en el caso de las migrañas, se aconsejan los remedios preventivos, que evitan la aparición de las crisis o al menos las aminoran. En cualquier caso, sin embargo, es siempre oportuno recluirse en una habitación oscurecida. Si se llega a conciliar el sueño es posible que el dolor desaparezca.

Hay algunas otras molestias de este tipo que podríamos llamar específicas; son típicas de las mujeres por un lado, y de los hombres por el otro. Entre las mujeres es muy conocida y comentada la cefalea premenstrual, que aparece casi regularmente antes de la aparición de ese ciclo. Forma parte, en realidad, de todo el complejo de síntomas conocido como síndrome premenstrual. Algunas aspirinas pueden producir alivio; aunque hay que tomarlas con prudencia. Si bien lo común es que esos molestos dolores aparezcan inmediatamente antes del período, hay casos en que la jaqueca acompaña todo el proceso menstrual. y otros en que se concentra en el momento de la ovulación. La razón es que las hormonas femeninas actúan en esos días sobre los vasos sanguíneos engrosando sus paredes: la sangre presiona en todo el cuerpo y, en la cabeza, provoca la jaqueca. Se habla también de la retención de líquidos -proceso inmediatamente anterior a la menstruación-como causa del dolor de cabeza en esos días femeninos. Esta explicación se apoya, también, en el hecho de que la desaparición de la jaqueca coincide con un exceso de secreción urinaria.

Entre los varones -aunque poco comentada-es más común de lo que parece la cefalea llamada postcoital, que puede aparecer en realidad en el mismo momento del acto sexual. Aunque no tiene mayor importancia, es molesta, por supuesto. Por lo general bastan una aspirina y un momento de relajación. Pero lo más serio de cefaleas y jaquecas no reside tanto en el dolor en sí mismo sino en algún otro in-conveniente más importan-te que esa pequeña molestia podría estar revelando. Por eso hay que tener cuidado, también, con el exceso de aspirinas u otros analgésicos. Si el dolor persiste o se repite con demasiada frecuencia, no es cosa de taparlo: la consulta médica se hace de rigor. Más de una vez, un importante tumor cerebral pudo ser oportunamente detectado gracias a algún extraño dolor de cabeza que ayudó a prestar atención a funciones más profundas y también fundamentales.

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