En un mundo ideal, la equidad de género permitiría que cualquier mujer participara en cualquier evento deportivo sin tener que preocuparse por dos cosas: la forma en la que luce sudando y la manera en la que sus pechos se mueven.
Pero el mundo real es cruel, y muchos hombres (el 99% tal vez) ven los deportes femeniles tan sólo por observar el bamboleo de los pechos y la forma en la que los pezones lucen a través de la ropa.
Aunque esta es sólo una parte de la historia. Una vez dicho lo primero, una cantidad considerable de mujeres prefiere no practicar deporte alguno por la incomodidad de sentirse objeto de deseo.La otra parte es la física, las atletas que eligen practicar profesionalmente un deporte, y que a la postre son las que por la popularidad todo mundo identifica, se vuelven cada vez más fuertes y desarrollan más masa muscular, por lo que la capa de grasa superior del pecho se va. Es decir, mientras los músculos vienen, los pechos se van.
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