¿Cuándo son peligrosos los lunares?

Los nevus o lunares son unas manchas pardas, más o menos oscuras, que salpican nuestra piel en número que puede llegar hasta los 15 o 20. Los lunares, que están constituidos por células nérvicas unidas a modo de ramillete o nido, van apareciendo progresivamente a lo largo de la infancia y adolescencia, llegan a su máximo en la etapa adulta, y empiezan a borrarse en la vejez.

Generalmente, estas manchas -que a veces resultan atractivas y en ocasiones desagradables- no son peligrosas. Pero en casos excepcionales, uno de los inocentes puntitos evoluciona hacia una forma de cáncer de piel bastante grave, el melanoma. Aunque existen tumores melánicos benignos, son frecuentes las neoplasias pigmentarias de evolución clínica maligna, como el melanosarcoma. Pero, ¿cómo podemos saber cuándo un lunar es peligroso? Al inspeccionar un nevius debemos tener en cuenta su tamaño, que normalmente no excede de 5 milímetros de diámetro. Según los dermatólogos, a partir de los 10 milímetros, el lunar empieza a ser sospechoso. La coloración es otro indicador de la salud de la mancha. Si su color es uniforme, estamos fuera de peligro; pero si presenta distintas tonalidades o contiene puntitos de color rojo, azul o blanco, es recomendable visitar al especialista.

La forma del lunar, que debe de ser de limites bien definidos y marcados, y su naturaleza también puede darnos algunas pistas. Si es congénito, o surge en los primeros meses de vida, conviene extirparlo. Por último, hay que tener en cuenta la localización del lunar. Los nevus acrales, ubicados en las piernas, pies, brazos y manos, es recomendable que sean examinados por el dermatólogo, así como los situados en el aparato genital, cuello y articulaciones, que están sometidos a frecuentes traumatismos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Podcast de Pulso Digital