Así que estás pensando en la posibilidad de colocarte un piercing justo ahí donde no le da la luz del sol… y quieres saber si te conviene.
Cuando la perforación es atravesando el glande (lo cual suele ser muy doloroso y no siempre es posible por restricciones anatómicas), o pasa a través del capuchón del clítoris, ofrece un nivel y excitación sexual totalmente nuevos durante la masturbación, sexo, y a veces en las actividades de la vida diaria.
Es posible llegar al orgasmo con sólo frotar las piernas o correr. Incluso, ayuda a que te llegue más fácil el clímax, el problema es que "a veces estas sensaciones son demasiado intensas para que la mujer las soporte durante las actividades diarias y requieren la remoción del anillo. Y no hay modo de predecirlo.
Las perforaciones genitales implican riesgos, como la infección, si no se realiza de manera adecuada. La colocación del objeto es también crítica para su éxito. Debido a que éstas se ubican entre los muslos, puede haber mucho movimiento del tejido mientras se camina. Esto podría resultar en que el objeto se salga del tejido y necesite retirarse. Un profesional certificado debe avalar o restringir su uso.
No te arriesgues.
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