¿Qué es y para qué sirve la flora intestinal?

Enciendes el televisor y, en un anuncio comercial, una mujer se queja con otra de lo que batalla por hacer popó. Bueno, no lo dice literalmente; utiliza más bien un eufemismo como “transito lento”. La amiga de la susodicha le recomienda un yogurt y le indica que le servirá para su flora intestinal. ¿No te has preguntado alguna vez que será eso que suena a selva en los intestinos?

La flora intestinal es un conjunto de bacterias benéficas, como la Escherichia coli, que viven en el intestino, contribuyendo a la digestión ya la absorción de los nutrimentos de la comida y, en ocasiones, a la síntesis de compuestos como la vitamina K. Esas bacterias forman un complejo propios del cuerpo, como las secreciones intestinales y los jugos gástricos, pero también por elementos externos, como la dieta o la ingestión de medicamentos.

Se sabe, por ejemplo, que la flora es muy sensible a los antibióticos, por lo que suelen darse tratamientos especiales (en ampolletas que se ingieren o cápsulas) para restaurarla cuando ha sido afectada negativamente. En forma natural, las bacterias benéficas mueren y se expulsan por la heces (por la popó pues), pero se regeneran de inmediato en un ciclo constante.

Su buen desarrollo puede apoyarse con el uso de probióticos de fácil acceso, como los ya mencionados yogures o ciertas bebidas lácteas, enriquecidas con microrganismo vivos.

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