Cuando la percepción de la propia imagen se aleja completamente o de manera importante de la realidad, aparecen los trastornos, las patologías. Las más conocidas entre ellas son las asociadas a la anorexia y la bulimia —los trastornos de la alimentación más populares y más extendidos—, pero existen otras mucho más raras.
Anorexia. La padece aproximadamente el 2% de las mujeres y el 1% de los varones.
Quienes padecen esta enfermedad se ven siempre gordos. Su característica principal es que el enfermo deja de comer.
Bulimia. Las cifras de afectados son similares a las de la anorexia. Tienen la misma alteración de la autoimagen que los anoréxicos y, frecuentemente, ambas patologías están unidas. Se caracteriza por el consumo exagerado de comida seguido de vómitos provocados.
Vigorexia. Afecta sobre todo a los obsesionados con el ejercicio físico. Perciben su imagen siempre delgada y poco musculosa.
Dismorfia corporal. Afecta al 1% de la población y la padecen personas que se obsesionan con alguna parte de su cuerpo, que ven siempre como defectuosa.
Trastorno border-line. Se trata de otra enfermedad psiquiátrica que provoca una enorme inseguridad con la imagen que uno tiene de sí mismo.
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