¿Qué es exactamente la circuncisión?

Polémico, ampliamente discutido y muchas veces sin lograr un consenso generalizado, así es el tema de la circuncisión. Aquella sencilla cirugía que consiste en cortar el prepucio (piel) del glande (cabeza o punta del pene), comúnmente se retira en los primeros días o meses del recién nacido; pero también se practica antes de la adolescencia y en contadas ocasiones, durante la vida adulta.

La discusión sobre hacer o no la circuncisión, plantea diversos interrogantes que dificulta que los médicos se pongan de acuerdo: ¿evita enfermedades e infecciones en la zona genital?, ¿es un ritual cultural para reafirmar al sexo masculino?, quienes se la hicieron, ¿remedian la eyaculación precoz?, ¿la autoimagen masculina se fortalece?, ¿los que no se la han hecho tienen mayor sensibilidad en la zona genital?, ¿cuándo conviene hacerse la circuncisión, en los primeros días de vida, antes de la adolescencia o en la vida adulta?, ¿qué piensan las mujeres, prefieren a un hombre circuncidado para hacer el amor?

Frecuentemente, los padres de familia se encuentran ante esta disyuntiva, y resolverla, a veces tampoco es sencillo, porque los propios médicos consultados pueden tener una opinión diferente. No obstante, sí hay elementos bastante claros y documentados que ayudan a tomar una decisión.

En antiguas culturas, la circuncisión se les practicaba a los pequeños una vez que alcanzaban la pubertad, ello como parte de un ritual que ponía énfasis en que pronto llegarían a la adolescencia y en esa etapa iniciarían la vida sexual activa. Por su parte, en la cultura judía y musulmana la circuncisión es un precepto religioso. Todos los niños judíos son circuncidados al octavo día de nacidos. En tanto que a los muchachos musulmanes se les realiza cuando alcanzan la pubertad.

¿PERO QUE ES EXACTAMENTE LA CIRCUNCISIÓN?

Es una cirugía muy sencilla que se realiza con anestesia local. Se hace una incisión en la piel del prepucio. Después, con tijeras de cirugía se corta el prepucio que cubre al glande. Finalmente, se sutura en forma de corona. Sobre la edad idónea para llevarla a cabo, diversos especialistas coinciden en señalar que en caso de que así lo decidan los padres del niño, es conveniente practicarla antes de la pubertad, pues en esa etapa es mucho más rápida la recuperación. En caso contrario, el mayor tamaño del pene origina que la operación sea más complicada y que las erecciones involuntarias sean muy dolorosas durante el periodo de cicatrización.

Sobre la circuncisión hay ciertas ideas que no tienen sustento científico; por ejemplo, se afirma que quien no se la ha hecho es eyaculador precoz. Esto, aunque es incorrecto, parte de una lógica. Al retirarse el prepucio que cubre el glande, se está quitando piel dotada de fibras nerviosas muy sensibles que tendrían cierto roce con el glande, otra parte también dotada de ricas fibras que responden al estímulo.

Igualmente, al no contarse con el prepucio, por razón natural el tejido del glande tiende a hacerse más recio como protección. De tal manera que la sensibilidad es un poco menor (aunque no olvidemos que el hablar de sensaciones y percepciones en la sexualidad es un terreno muy subjetivo, pues ello obedece a todo el contexto de la experiencia sexual).

Resultado de lo anterior, se afirma que los no circuncidados podrían ser más sensibles en la zona genital durante el acto sexual que los circuncidados. Luego entonces, la conclusión equivocada es que los no circuncidados "aguantan menos la eyaculación" o padecen eyaculación precoz.

Evidentemente, no hay reportes documentados en ese sentido, pues tanto hombres con o sin circuncisión pueden padecer eyaculación prematura. El centro del problema, en muchos casos, es que hay dificultad para identificar las sensaciones previas al orgasmo y detener el estímulo si se desea, es decir, retrasar el orgasmo, el cual comúnmente viene acompañado de la eyaculación y eso le puede pasar a quien tiene o no la circuncisión.

Por otro lado, sabemos que la eyaculación precoz (una disfunción sexual) puede tener como origen diversos aspectos psicológicos como la ansiedad, (ese temor de sentir "no lograré controlar la eyaculación", entre otros componentes emocionales en donde tiene que ver la pareja); aspectos orgánicos (enfermedades o lesiones en los nervios que tienen relación con la respuesta sexual); y aspectos farmacológicos (la ingesta de medicamentos, que también tiene que ver con la respuesta sexual).

Pero todo esto ya es otra historia.

[Fotos: רן יניב הרטשטייןParker Thompson, Franco Folini, (cc)]



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