Comer la manzana sin pelar es un verdadero manjar de nutrientes, ya que el secreto de sus múltiples bondades se concentra precisamente en su piel. Además de fibra, comer esta fruta sin retirar su cáscara brinda al cuerpo una generosa dotación de polifenoles, sustancias que permiten la prevención de enfermedades, como el cáncer. Asimismo, evita problemas cardiacos al proteger las arterias y disminuir los niveles de colesterol en la sangre; este maravilloso fruto brinda también una sensación de saciedad prolongada, situación que puede resultar bastante útil para aquellos que buscan perder peso. Investigaciones recientes revelan que la manzana trae muchos beneficios para la memoria, pues una de sus sustancias funcionales protege las células del cerebro. La gran ventaja de este fruto, a diferencia de otros, es que podemos disfrutarla casi todo el año, así como consumirla en licuados, ensaladas, cocteles, etc.
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