Originalmente se le concibió como una disfunción, partiendo de las teorías de Sigmud Freud, ya que él consideraba los orgasmos vaginales característicos de la madurez sexual y los clitóricos como un rasgo de inmadurez. Recientes estudios revelan que en la mujer sólo se presenta una respuesta orgásmica, quiere decir, el orgasmo que obtiene mediante la estimulación del clítoris es igual a la que alcanza con el coito.
La diferenciación parte de la subjetividad femenina, pues la mujeres reportan dos clases de experiencia y dos tipos de necesidades: algunas prefieren la penetración y otras sólo la estimulación. De este modo el orgasmo clitórico no indica, por si mismo, ninguna disfuncionalidad.
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