Estos estímulos eróticos no son más que un hematoma provocado por el rompimiento de vasos sanguíneos y una acumulación de sangre. Es un trauma. Dependiendo del ímpetu del ejecutante puede causar desde dolor e inflamación hasta coágulos. Incluso, se han dado casos un poco más delicados. En Nueva Zelanda existe el caso de una mujer que sufrió de una parálisis corporal parcial por un chupetón de su marido. Se encontraba viendo la televisión cuando sintió el brazo izquierdo adormecido e incapacidad para moverlo. Al acudir al hospital, los médicos descubrieron que la causa provenía de un amoratado chupetón que lucía en el cuello. Éste creó un coágulo que se desplazó por el torrente sanguíneo dando lugar a algo que se puede llamar "mini infarto" que promovió la dificulta motriz. No obstante, el médico que la trató, Teddy Wu, comentó a un noticiario que el suceso pudo ser mortal. Así que su sabrás si los evitas.
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