Contrario a lo que se piensa, las almohadas de plumas de hecho cuentan con menos alérgenos que las elaboradas con material sintético. Pruebas de investigadores en Inglaterra revelan haber descubierto siete veces más alérgenos de gato y ocho veces más de perro en almohadas sintéticas que en las de plumas. Un estudio previo descubrió también altas concentraciones de polvo en las primeras.
La gruesa y apretada envoltura tejida en las almohadas de plumas, la cual mantiene a las partículas dentro, actúa como barrera contra las partículas alergénicas. Si no deseas deshacerte de las almohadas sintéticas, trata de colocarles unas cubiertas no alergénicas sobre ellas.
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