La tartamudez se produce cuando, al intentar pronunciar una palabra o una frase, los músculos del habla sufren un espasmo. Este puede ser total o inicial. En el primer caso, el bloqueo del discurso es absoluto, mientras que en el segundo, el más frecuente, el espasmo es repetitivo.
Las causas, exceptuando las malformaciones linguales y las lesiones de los centros motores del lenguaje, son varias. El hecho que sea más frecuente en hombres que en mujeres, y que suelan padecerla otros miembros de la misma familia -aunque sea varias generaciones atrás-, hace pensar que la tartamudez sea hereditaria, con característica ligada al sexo. Por otro lado, la disfunción se manifiesta entre los dos y tres años de edad, o bien, entre los seis y los ocho, dos periodos críticos en el desarrollo del lenguaje en el niño, lo que, unido a que se acentúe al hablar ante extraños o ante un auditorio, constituye un claro indicio de que se debe a alteraciones psicológicas y ambientales. Existen terapias psicológicas muy eficaces que eliminan este molesto mal.
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